Un Mensaje Alien? El Misterio de la Seal "Wow!"
- En 1977, un radiotelescopio de EE.UU. detectó una señal asombrosa.
- La señal, conocida como "Guau", ha generado teorías sobre su origen extraterrestre.
- El laboratorio de la Agencia Europea del Espacio explora posibles fuentes de señales.
- La frecuencia de 1420 MHz está relacionada con el hidrógeno, el elemento más abundante en el universo.
- A pesar de numerosas investigaciones, la señal aún no ha sido explicada de manera concluyente.
- La inteligencia artificial podría ayudar en la búsqueda de señales complejas de origen extraterrestre.
En 1977, un radiotelescopio de EE.UU. detectó una señal procedente de la constelación de Sagitario e inmediatamente imprimió la siguiente secuencia. Unos días más tarde, el astrónomo encargado de revisar las mediciones se quedó de piedra, tanto que rodeó los caracteres con un círculo rojo y escribió a su lado Guau.
¿Por qué estaba tan asombrado? ¿Qué significaban esos números y letras? ¿Era un mensaje extraterrestre? Casi 50 años más tarde, seguimos sin estar seguros del origen de esta señal. Guau. Aunque sí tenemos algunas teorías.
Así que hemos venido una vez más a la Universidad Politécnica de Valencia, a la escuela de teleco, para que una de sus expertas nos arroje un poco de luz a este misterio alien.
Ahora mismo estamos en un laboratorio de alta potencia de la Agencia Europea del Espacio, aquí en Valencia. Aquí, en este laboratorio, sometemos a cargas de radiofrecuencia a condiciones ambientales de espacio para ver si son capaces de soportar esas condiciones cuando estén funcionales en órbita.
Supongamos que en algún lugar del espacio existe otra forma de vida inteligente, una civilización avanzada capaz de usar las ondas electromagnéticas para comunicarse. ¿Qué tipo de radiación elegirían para enviar sus señales? Aunque solo podemos especular, cabe pensar que emplearían ondas de radio capaces de recorrer grandes distancias sin que el gas y el polvo del espacio las absorban.
Al menos, esa sería una de las mejores opciones desde un planeta parecido a la Tierra. ¿Venga, aceptamos las ondas de radio, pero de qué frecuencia? La naturaleza nos vuelve a marcar el camino.
Por encima de 10 GHz es difícil atravesar nuestra atmósfera y tendríamos que poner el comunicador en órbita para poder vencer esas atenuaciones atmosféricas. Y por otra parte, si subiéramos mucho en frecuencia, también tendríamos mayores pérdidas de propagación en el entorno espacial.
Y por debajo de un GHz no podríamos salir de nuestro planeta. Sería complicado por la reflexión. Y también es verdad que hay más pérdidas debido a gases. Hay otros fenómenos que ocurren. Entonces, la ventana entre 1 y 10 GHz es apropiada y es la que utilizamos en esa banda de frecuencias.
Además, la galaxia está especialmente callada y ahí hay una elección perfecta para sintonizar el 1420 MHz. ¿Qué tiene de especial? Es una de las frecuencias a las que emite radiación el hidrógeno cuando adquiere energía.
Y dado que el hidrógeno es el elemento más abundante del universo, cualquier civilización tecnológicamente avanzada debería conocerla. En concreto, es la frecuencia asociada a la línea de 21 cm de la que ya hablamos en este vídeo.
El universo entero, en cierto momento, brilló solo en esta frecuencia. Se ha declarado esa banda de especial protección porque se realizan múltiples observaciones astronómicas con radiotelescopios. Está súper prohibido emitir en esa frecuencia.
Pero si así ocurriera y fuera detectado, podría haber sanciones por parte del organismo regulador local. Y esa es justo la frecuencia a la que observaba el radiotelescopio que captó la señal Guau. Situado en la universidad estatal de Ohio.
Dejadme que os lo describa. Tenía un enorme panel de unos 100 x 30 m que se podía inclinar para apuntar a distintas partes del cielo. Tras rebotar en él, las ondas de radio se dirigirían a otro panel parecido, pero fijo y con forma de paraboloide. Desde allí se reflejaban hasta dos antenas de bocina situadas entre los dos reflectores, orientadas en direcciones ligeramente distintas y que podían moverse a lo largo de unos rieles.
Esas antenas convertían las ondas en señales eléctricas que finalmente se amplificaban y procesaban. Por cierto, que por aquel entonces el telescopio lo estaban operando los astrónomos de manera totalmente voluntaria, en su tiempo libre. La falta de financiación había acabado con el anterior proyecto del observatorio, y todos los que trabajaban en él habían tenido que buscar otros empleos.
Pero encontraron la manera de seguir haciendo ciencia con un proyecto más modesto que acabaría detectando una de las ondas de radio más famosas de la historia. Pero volvamos a esa onda, a la señal Guau, a ese enigmático EQ UJ. Y no, no se trata de un mensaje Klingon.
Esos números y letras no son más que un código ideado por los científicos para representar la intensidad de una señal en relación con el ruido de fondo. El telescopio registraba la señal una vez por segundo, y cada carácter denota su intensidad media durante un lapso de 10 s. Así, el primer 6 nos dice que durante los primeros 10 s la señal era en promedio entre 6 y 7 veces más intensa que el ruido ambiente.
La e indica una intensidad entre 14 y 15 veces mayor que el fondo durante el siguiente intervalo de 10 s, y la u entre 30 y 31 veces mayor. ¿Si tenemos en cuenta que el programa informático tardaba 2 s en procesar la información necesaria para imprimir cada número o letra, llegamos a la conclusión de que la señal Guau duró un total de 72 s.
Bueno, pero ¿por qué es especial? ¿Qué tiene de Guau? Pues fijaos, presenta muchas de las características que esperaríamos de una señal enviada por los aliens. Para empezar, tiene la frecuencia que buscábamos, 1420 MHz, la de la línea de 21 cm del hidrógeno.
Bueno, en realidad el detector midió una un poquito mayor, de 1420.46, pero eso no es ningún problema. Podría significar simplemente que la fuente se está moviendo a unos 10 km/s en dirección a la Tierra. Algo perfectamente posible. Es el llamado efecto Doppler.
El mismo fenómeno por el que la sirena de una ambulancia suena más aguda, con una frecuencia más alta cuando se está acercando hacia nosotros. Además, en el papel que imprimió el telescopio, la señal WOW aparece en una única columna. No hay números altos o letras en las demás. Eso quiere decir que el ancho de banda de la señal era muy pequeño, es decir, que no tenía varias componentes con frecuencias muy distintas.
Su frecuencia estaba muy concentrada en torno a ese valor central de 1420 MHz. Y esto es bastante típico de las señales artificiales. Cuando queremos hacer comunicaciones a espacio profundo, se utiliza en banda estrecha porque sufre menos distorsión, menos dispersión. Más cosas: el hecho de que la señal durase 72 s y de que la intensidad primero subiera para luego volver a caer pasa de 6 a u y de ahí a 5, también apunta a una señal que viene de muy lejos, puesto que sugiere que la fuente se mantiene quieta en el cielo.
Es la propia rotación de la Tierra la que hace que el telescopio observe la señal exactamente durante esos segundos: primero de refilón, intensidad pequeña, luego de lleno, intensidad máxima y luego otra vez de refilón. Eso nos permite descartar que la señal llegara directamente desde una fuente situada en la superficie de la Tierra o desde un avión que se moviera muy rápido con respecto al telescopio.
En esos casos, la intensidad habría mostrado un comportamiento distinto o habríamos visto la señal durante más o menos segundos. Esa duración es justo la debida a la rotación de la Tierra. Además, el telescopio tenía un sistema para eliminar las interferencias terrestres. Funcionaba restando la señal que entraba desde las dos bocinas, de tal forma que la contaminación terrestre entraba por ambas, y cada bocina estaba explorando una zona del universo y estaba restando la entrada de posibles interferencias.
Así pues, todo parece encajar con una señal artificial. ¿O no? Bueno, para concluir eso nos faltan un par de detallitos. En primer lugar, si fuera una señal generada por una civilización inteligente, esperaríamos que contuviese información. Si transporta información, algún tipo de información, debe tener algún tipo de estructura, sea compleja o no. Debe tener alguna modulación.
Sí, modulación cambios en algún parámetro como la frecuencia, la amplitud o la fase. Bueno, un ejemplo de modulación sencilla sería la modulación en frecuencia que empleamos en las emisoras comerciales de radio. En ese caso, distintos tonos de amplitud de una señal de audio lo que hacen es mover en frecuencia un tono.
Luego, en el receptor somos capaces de extraer la información de ese desplazamiento que vemos en la frecuencia y somos capaces de componer de nuevo la información. Otro ejemplo podemos codificar la información con ceros y unos, usando una amplitud distinta para cada uno de esos dos valores.
El caso es que la señal WOW no muestra ninguna modulación. Aunque es cierto que si SISTA tuviera un periodo de menos de 10 s o de más de 72 s, sería indetectable. Una señal alien también podría mostrar peculiaridades en la polarización, la orientación en que oscila el campo eléctrico de la radiación, pero el telescopio que registró la señal WOW no medía ese parámetro.
En esta primera búsqueda de señales extraterrestres, lo único que se intentaba era detectar posibles orígenes de señales para luego analizarlas, pero ni siquiera eran capaces de grabarlas. Lo único que observaban era que tenía más potencia en una determinada zona.
Si ese experimento hubiera tenido más éxito y hubiéramos detectado una señal fuerte de un origen conocido, tendríamos que haber luego hecho más análisis en esa fuente. Y es que el mayor problema de la señal WOW, uno que afecta a casi todas las señales sospechosas que han aparecido hasta el momento, es que sólo se detectó una vez.
Y aunque a lo largo de los años se han realizado muchas otras búsquedas en esa zona, nunca hemos vuelto a ver algo parecido. Por supuesto, esto tampoco descarta el origen extraterRestre. Es posible que los aliens dejaran de emitir enseguida, o pasaran a hacerlo en otra dirección distinta, pero nos impide extraer conclusiones firmes en uno u otro sentido.
El caso es que desde su detección ha habido tropecientos intentos de explicar la señal WOW. No parece que pueda deberse a un planeta o asteroide del sistema solar, dado que ninguno se encontraba en ese momento en la dirección desde la que llegaron las ondas.
Además, las emisiones de radio de los planetas, debidas principalmente a su temperatura, habrían tenido un ancho de banda mucho mayor. Primera explicación descartada. Lo más probable es que se trate de alguna interferencia producida por una señal de origen humano.
Una opción sería un satélite que emitiera justo a 1420 MHz. Aunque ya hemos dicho que hay una prohibición, no es imposible que algún país decidiera saltársela. Sin embargo, tras comprobar las posiciones de los satélites conocidos, tampoco se halló ningún candidato. Una vez más, agua.
Otra explicación popular habla de una señal generada en la Tierra que habría llegado al telescopio tras rebotar en un resto de basura espacial. De nuevo, necesitaríamos a alguien que estuviera saltándose en las normas.
¿O no podría, de forma accidental, un transmisor generar espurreios o armónicos en frecuencias, sobre todo si no estaba bien diseñado el instrumento? Un buen transmisor debe tener un filtro que elimine todas las frecuencias espúreas, pero sí que es cierto que podría estar emitiendo alguien una interferencia sin conocerlo.
Sin embargo, para generar la señal WOW, la chatarra apenas debería rotar sobre sí misma. Y tendría que moverse muy lentamente en el cielo. Dos condiciones muy difíciles de cumplir y que echan por tierra esta hipótesis. Yo no la veo muy válida.
Debería ser una interferencia de potencia muy elevada o una basura muy grande. También es cierto que esto ocurrió hace unos años, que no había tanta basura espacial. Yo quizás veo más probable que fuera una emisión de un satélite de tierra.
Y también incluso podría caber la posibilidad de que fuera una interferencia intencionada para la confusión del mundo. ¿SETI? No lo sé, y la cosa no acaba aquí.
En 2017, un astrónomo atribuyó la señal WOW a las nubes de hidrógeno situadas en torno a dos cometas que por entonces habrían estado por la zona. Una hipótesis que ya ha sido fulguraciones estelares, púlsares, lentes gravitacionales, errores técnicos humanos. Hay propuestas para todos los gustos.
Y así llegamos a agosto de 2024, cuando ha aparecido la última teoría. Los autores han detectado emisiones muy parecidas a la señal WOW, solo que mucho menos intensas, procedentes de las nubes de hidrógeno de nuestra galaxia.
¿Su idea? Una fuente muy potente, por ejemplo, una estrella de neutrones muy magnetizada, podría haber enviado una llamarada en dirección a una nube de hidrógeno, y eso habría intensificado brevemente la emisión de la nube.
Según esta hipótesis, la nube de hidrógeno se habría comportado como una especie de láser astrofísico, lo que se conoce como un máser. La parte positiva es que ya se han observado un buen número de objetos así, y que producen señales con muy poco ancho de banda.
La negativa es que ninguno produce radiación con la frecuencia de la línea de 21 cm, aunque sí se han conseguido crear máseres así en el laboratorio. El mecanismo es razonable, pero también complicado, y de momento no hay pruebas de que algo así ocurra en la naturaleza. La cosa aún no está resuelta.
En cualquier caso, la señal WOW no es ni mucho menos la única señal a la que se ha atribuido origen extraterrestre. La primera búsqueda del programa SETI realizada por Frank Drake, el de la famosa ecuación, ya arrojó una falsa alarma, que resultó ser un avión militar transmitiendo en una frecuencia prohibida.
Y en su libro de 1994, Un punto azul pálido, Carl Sagan habla de otras 11 misiones sospechosas detectadas en un sondeo en el que él colaboró. En 2021 también tuvo mucha repercusión una señal candidata recibida desde Próxima Centauri, nuestra estrella más cercana, aunque su similitud con algunas interferencias originadas en la Tierra parece haber descartado que se trate de una señal alien.
Uno de los últimos avances en este campo es el empleo de inteligencia artificial para descubrir señales prometedoras. En los datos obtenidos por los radiotelescopios, sí, yo creo que es muy interesante trabajar con la base de datos, sobre todo que he recogido durante muchos años, y hacer una búsqueda de señales con patrones mucho más complejos que lo que hemos hecho hasta ahora.
De esa forma se podrían extraer formas de comunicación diferentes a las que nosotros estamos esperando y estamos mirando. Y también podría ser interesante, por ejemplo, para estudiar otros métodos de comunicación de otras especies y poder hacer una estimación de modos de comunicación diferentes a los nuestros.
Por ejemplo, estudiando las ballenas o las abejas, especies que se comunican. Sería bastante irónico que fuese la inteligencia artificial la que nos llevara a descubrir inteligencia extraterrestre. Y ya sabes, si quieres más ciencia, solo tienes que suscribirte. Y como siempre, muchas gracias por vernos.