Están Desapareciendo Estrellas

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  • Una fotografía de los años 50 revela estrellas que han desaparecido.
  • Más de 5000 astros han sido registrados como ausentes.
  • Posibles explicaciones incluyen cambios de brillo y fenómenos transitorios.
  • Otras teorías sugieren conexiones con civilizaciones avanzadas o problemas de escaneado.
  • La ciencia aún tiene mucho por descubrir en este misterio celeste.

Mira esta fotografía. Está tomada en los años 50. Las manchitas son estrellas.
¿Qué tiene de especial? Bueno, esta es una imagen moderna de esa misma región del cielo.
Si te fijas en el centro de las imágenes hay una estrella relativamente grande que ya no está.
Se ha esfumado sin dejar rastro. ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo puede ser que una estrella se desvanezca sin más?
¿Es culpa de los aliens?

Hoy, en cuanto a un fracture, vamos en busca de las estrellas perdidas.
And they see that some of the stars that were recorded in the past are not there, miss go.
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Y dicho todo esto, volvamos a por esos astros perdidos.

El caso es que esa estrella no es la única que ha desaparecido.
Desde hace unos años, los científicos comparan esas fotografías de los años 50, unas 2000 placas con decenas de millones de objetos, con las adquiridas en los sondeos actuales.
Han encontrado más de 5000 astros que simplemente ya no están. ¿5000? ¿Cómo explicarlo?

Quizá pienses que tampoco es para tanto. Al fin y al cabo, las estrellas también mueren.
Como explicamos en otro vídeo, las que se parecen al Sol acaban convertidas en enanas blancas.
Su reactor nuclear ya no funciona, pero aún están muy calientes, así que siguen siendo visibles aunque sean más tenues.
Sí, desaparecen de nuestra vista, pero no de un día para otro. Y además están rodeadas de una brillante y colorida nebulosa planetaria formada por las capas más externas de la estrella.

Por otro lado, las estrellas más comunes de la Vía Láctea, las enanas rojas, tienen una esperanza de vida que supera la edad actual del universo.
Quizá alguna de ellas se apague de vez en cuando, pero la probabilidad es muy baja.
Vale, solución: las estrellas mucho más masivas que el Sol mueren de forma espectacular.
Estallan en potentísimas supernovas que llegan a ser más brillantes que toda su galaxia, pero solo durante unas semanas o meses.

Así, si alguna de las estrellas registradas en los años 50 fuera en realidad una supernova lejana alojada en una galaxia muy tenue, en las fotos actuales ya no veríamos nada.
Pero las supernovas no son muy frecuentes, así que no parece que puedan explicar 5000 estrellas perdidas.
Otra posibilidad es que algunas estrellas suficientemente grandes amagan con explotar, pero finalmente no lo hacen y se convierten directamente en un agujero negro.
Es lo que se llama una supernova fallida. Sin embargo, ni siquiera estamos seguros de que estos eventos sucedan realmente, aunque se han propuesto varios candidatos.

¿Qué nos queda entonces? Podría ser que las estrellas desaparecidas se estuvieran moviendo bastante en el cielo.
En este caso no habrían desaparecido, simplemente se habrían desplazado tanto que les habríamos perdido la pista.
Sin embargo, sondeos como Gaia han medido muy bien la velocidad de la mayoría de estrellas de la Vía Láctea, y los científicos ya han tenido en cuenta esa información.
Tampoco parece que vaya a ser la causa.

¿Y si los objetos problemáticos fueran asteroides en vez de estrellas?
También podrían haberse desplazado hasta desaparecer de las fotos actuales.
Como el tiempo de exposición de las fotos antiguas era largo, de 50 min, un asteroide en movimiento debería aparecer como una mancha cargada.
Pero alguno especialmente lento podría haber pasado desapercibido. Eso sí, tendría que tratarse de un asteroide desconocido, porque los catalogados ya se han descartado.

¿Y sé lo que estáis pensando? Muchos piensan que las estrellas que solo aparecen en las imágenes antiguas son simplemente manchas.
Pues mira, esta sí que es una opción viable. Por ejemplo, podría ser que durante la exposición, si hubieran adherido motas de polvo a la placa fotográfica,
o que a lo largo de los años se hubieran formado manchitas diminutas por algún motivo.
Para descartarlo bastaría con examinar las fotos originales, pero resulta que se guardan como oro en paño y no es tan fácil echarles un vistazo.

Lo que sí parece es que no se trata de problemas creados al escanearlas, dado que hay dos digitalizaciones distintas que se pueden comparar.
Aunque volveremos a esto, todavía nos queda la posibilidad que tanto anhelamos: un tecnomarcador. Signos de la existencia de otra civilización avanzada.
Por ejemplo, una estrella podría desaparecer si le ponen alrededor algún tipo de megaestructura, como las esferas de Dyson de las que hablamos en este vídeo, dispositivos que podrían captar la luz de la estrella.

Ahora, esta idea es un tanto peregrina. Al margen de si son viables o no, construir una de esas estructuras parece una obra demasiado faraónica como para completarla en menos de un siglo, no digamos ya miles de ellas.
Las estrellas también podrían ser los destellos de un láser, como os contábamos en este vídeo.
Lo habitual es suponer que los aliens recurrirían a las ondas de radio para comunicaciones interestelares, pero también podrían usar luz visible.
¿La ventaja? Que así podrían transmitir muchísimos más datos por segundo.

Pero todas estas ideas relacionadas con extraterrestres deberían ser el último recurso, algo de lo que tirar.
Solo si hemos descartado todas esas explicaciones naturales. Y resulta que hay una bastante que las estrellas desaparecidas hayan cambiado de brillo desde los años 50.
Con que se hubieran atenuado más de 10 veces los sondeos actuales ya no podrían detectarlas.
Y hay diferentes tipos de estrellas variables que podrían cumplir ese requisito.

Es más, lo que vemos en las fotos antiguas podría ser algún tipo de fenómeno transitorio, en el que un objeto aumenta enormemente de brillo durante un breve periodo de tiempo para luego volver a su estado anterior.
Dos ejemplos serían los estallidos de rayos gamma o las ráfagas rápidas de radio que tienen, acompañados de misiones en luz visible.
y las enanas rojas también experimentan fulguraciones que duran minutos u horas.
Esas estrellas son muy abundantes, y sus petardazos son impredecibles.

En las imágenes originales podríamos estar viendo un buen número de ellas, y actualmente volverían a ser tenues e indetectables.
No habrían desaparecido del cielo, solo de nuestra vista.
Así que esta sería una explicación bastante lógica, que las 5000 estrellas perdidas correspondan a un surtido de fenómenos transitorios. Pero la cosa no acaba aquí.

Déjame que te enseñe unas cuantas fotos más.
Esta muestra una región del cielo unas 10 veces menor que la luna llena. En el centro hay tres estrellas muy juntitas.
Bien, pues las tres desaparecieron a la vez en menos de 1 h, y ya nunca las hemos vuelto a ver.
Varias estrellas volatilizándose en la misma foto. La rapidez con que se esfumaron descartan muchos fenómenos transitorios que duran días o meses, como las supernovas.

Y el hecho de que no las hayamos visto con los telescopios modernos implica que su brillo ha disminuido más de 10000 veces,
una variación mucho mayor que la que sufren las enanas rojas. ¿Qué pudo pasar?
Si en realidad se trata de tres objetos distintos, no pueden ser estrellas. ¿Por qué?
Para que se atenúen los tres al mismo tiempo tiene que haber algún proceso que lo provoque.

Es casi imposible que algo tan extraño ocurra a la vez por casualidad en tres objetos independientes separados por montones de años luz.
Si a eso le sumamos que en la imagen aparecen muy juntitos, la conclusión es que están muy próximos a la Tierra más que nuestra estrella más cercana.
Tal vez podrían ser objetos de la nube de Oort, un enorme conjunto de cuerpos helados situados en la periferia del sistema solar.
Pero no es la única posibilidad.

Quizá ni siquiera haya tres objetos. Podría ser que en su camino hacia nosotros, la luz de un único evento lejano se topara con una lente gravitatoria,
una acumulación de masa tan grande como para desviar los rayos y formar tres imágenes distintas.
No está claro qué fenómeno transitorio podría haber generado un aumento de brillo tan breve y tan bestia.
Quizá la fusión de dos agujeros negros o estrellas de neutrones.

Y la lente gravitatoria debería tener una estructura bastante complicada para producir tres imágenes aproximadamente igual de brillantes.
Hay muchas incógnitas, pero es un escenario viable. Esta otra foto es aún más cínica.
Hasta nueve objetos desaparecen de una imagen a otra. Se volatilizaron en tan solo seis días.
Pero es que tampoco están en otra foto tomada 30 min antes.

Es decir, ya no estamos hablando solo de objetos que desaparecen, sino que aparecen y vuelven a irse por donde han venido.
Los investigadores no encontraron ningún evento transitorio capaz de explicarlo.
Así que se pusieron a examinar ideas de todos los errores humanos, como que la placa sufriera dos exposiciones en vez de una,
o que alguien derramara agua o estornudara encima. Que las manchas conflictivas estuvieran producidas por rayos cósmicos o radioactividad natural.

Que en vez de estrellas fueran aviones, fragmentos de un asteroide lejano o de un meteorito entrando en la atmósfera.
Nada cuadraba. Al final se quedaron con dos posibilidades, cada una con sus propios problemas.
La primera, que las placas fotográficas hubieran recibido el impacto de partículas radiactivas procedentes de algún ensayo nuclear.
En tiempos de la guerra fría, estos tests eran frecuentes, y el observatorio donde se tomó la imagen estaba cerca de Nevada y Nuevo México, dos de los lugares donde se realizaban.

Pero la foto es de 1951 y parece que entre 1949 y 1951 no hubo ninguna prueba nuclear.
La otra hipótesis es aún más aventurada. Podríamos estar viendo los reflejos de algún tipo de objeto rotante en órbita alrededor de la Tierra.
Un satélite, vaya. El problema es que el primer satélite artificial, el Sputnik, se lanzó siete años más tarde.
Doble H. Claro, podría ser un satélite no humano.

Los investigadores tiraron de esa manta y encontraron estas fotos.
No solo tenemos varios objetos que desaparecen, además están alineados.
Estas líneas de destellos se parecen mucho a las que generan hoy nuestros satélites.

Así que se preguntaron si podrían deberse a un conjunto de objetos muy reflectantes en órbita geosíncrona alrededor de nuestro planeta.
Y estimaron que la probabilidad de que esos alineamientos se produjeran por casualidad era muy baja, en este caso de tan solo un entre 10000.
Además, y aquí ya entramos en el terreno del salseo, esas dos fotos se tomaron en fechas en las que hubo avistamientos en EE.UU.
Una de ellas coincidió con la famosa invasión de Washington. ¿Conspiración? Bueno, sigo manteniéndome escéptico.

¿Si eres un marcianito que quieres vigilar el planeta, para qué hacer tus satélites reflectantes y cantosos?
Y por supuesto, no hace falta decir que todo esto de los satélites artificiales, las esferas de Dyson o los láseres para transmitir señales son cosas tremendamente especulativas.
También lo son, en menor medida, las supernovas fallidas.

Los investigadores han tratado de identificarlas buscando estrellas que aparezcan en las fotos separadas por varias décadas y ya no estén en las más recientes,
pero no han hallado ninguna. Ahora los errores humanos no están descartados.
Justo eso es lo que sostiene un artículo reciente.
Parece que las dos digitalizaciones de las imágenes antiguas no se hicieron a partir de los negativos originales, sino de copias.

Y podría ser que las manchas sospechosas hubieran aparecido al generar esas copias debido a la presencia de burbujas o agujeritos en la emulsión empleada.
Otro aspecto sospechoso es que, aunque cada fotografía original se tomó casi simultáneamente con dos filtros distintos, uno rojo y otro azul,
las estrellas desaparecidas aparecen solo en las imágenes rojas. En las azules no hay ni rastro de ellas.

Eso podría indicar algún tipo de problema, aunque también es cierto que el tiempo de exposición era mayor para el filtro rojo,
con lo que habría tenido más opciones de captar eventos transitorios. Y también podría ser que se tratara de objetos especialmente rojos,
como por ejemplo las fulguraciones de enanas rojas. En ese caso, algunas desapariciones quizá no fueron tan repentinas.

¿Recordáis el objeto triple que se esfumó en menos de 1 h?
La segunda imagen se tomó con el filtro azul, así que si el objeto solo era visible en luz roja,
podría haber tardado casi dos meses en desaparecer, que es cuando se obtuvo la siguiente foto con ese filtro.
Y las nueve estrellas volatilizadas de una misma foto tampoco habrían surgido de la nada en 30 min.
La primera imagen donde no quedaron registradas también era de las azules.

Sea como fuere, aún no tenemos una respuesta concluyente. Tal vez todo esto de las estrellas desaparecidas se quede en nada,
pero quién sabe, también podría ser que unas fotos antiguas acaben llevándonos a descubrir algún fenómeno nuevo.
Supongo que el universo todavía nos reserva muchas sorpresas.
¿Y acaso no es solo bonito? Y ya sabes, si quieres más ciencia, solo tienes que suscribirte. Y gracias por vernos.